Breve historia del sujetador, por Francesc Puertas. (2ª parte)


Continuando con la historia del sujetador y, superada la II Guerra Mundial, momento en el que dejamos el anterior post, llegamos a la década de los 50, época caracterizada por las enormes transformaciones sociales que provocaron multitud de cambios estéticos que afectaron a los objetivos y al estilo de vida. 

La velocidad en las comunicaciones, la información, el glamour, el cine o la idealización de actores y actrices de Hollywood, provocaron grandes cambios que modificaron los hábitos de consumo y lo que queríamos ser de mayores. Todo ello afectó definitivamente en la función seductora de los sujetadores.


La popularización del sujetador como pieza estética enfocada a la seducción que permitía lucir la figura femenina realzando el busto, lo provocó Howard Hughes. Éste,  encargó a un ingeniero aeronáutico que construyera un sujetador que “lanzara” el pecho hacia adelante para su actriz favorita Jane Russell que en la película "El forajido" lució esta figura de pechos “misiles y emergentes”. Esta nueva forma de lucir la figura femenina se popularizó en la película “Los caballeros las prefieren rubias”, donde Marylin Monroe y Jane Russell lucían su cuerpo moldeado. La imitación, el quererse parecer a las actrices, provocó cambios profundos en los fundamentos estéticos de la época y debido a ello, floreció con mucho auge la industria de los sujetadores. Como consecuencia, el siguiente paso fue la moda del sujetador bala: muchas mujeres lucían su pecho puntiagudo, realzado bajo un suéter (sweater-girls).


El sostén, tal y como lo conocemos hoy en día, fue la consecuencia del requerimiento de lo que estaba de moda en la ropa exterior: menos vergüenza, más seducción, enseñar partes del cuerpo ... La invención de las tallas y copas.Ida Rosenthal, inventa las tallas y las copas. Esta emigrante rusa, afincada en EEUU, combinando su propia experiencia en el mundo de la moda y los patrones de papel, reunió a las mujeres americanas en categorías según el tamaño del busto, y creó una línea de sujetadores que realzan la figura femenina sin importar su edad, desde la pubertad hasta la madurez, siendo su gran aporte la identificación de los diferentes tamaños de sujetadores por tallas y copas con las letras del alfabeto: A, B, C y D. En Mayo del 69, las feministas quemaban sujetadores para liberarse de la opresión de los hombres y de la prisión de sus sujetadores (movimiento beatnik). A pesar de la influencia de este movimiento social y cultural y de la moda natural, el uso del sujetador acabó convirtiéndose en la estrella de la lencería femenina. Y entretanto, se sucedieron momentos en los que se escondían o se simulaba tener más de lo que en realidad se tenía apareciendo las copas y los rellenos.


Casi finalizando el siglo XX, adquirió notoriedad la funcionalidad del sujetador. A partir de ese momento ha sido muy importante trabajar en prendas pensadas para el deporte, la salud o cualquier necesidad. Acercarse a la usuaria, ha hecho evolucionar el sujetador: seducción, moda, función, precio, necesidad... y por tanto, también han evolucionado los establecimientos y las maneras de vender. Las motivaciones de compra tienen que ver con las ocasiones de uso:
  • Se ha comprado un sujetador y busca un vestido
  • Se ha comprado un vestido y busca un sujetador
  • En el embarazo o en período premenstrual se transforma el pecho y necesita un sujetador confortable
  • En periodo de lactancia quiere un sujetador para que le ayude.
  • En tratamientos de la piel o alergias quiere un sujetador hipoalergénico
  • Post-operatorio
  • Deporte
  • ·Etc.
Pieza "de ocasión de uso".Actualmente, las marcas trabajan intensamente para descubrir las necesidades de las usuarias y por tanto, descubren cada año nuevas e ingeniosas formas de sujetador, buscando tejidos, nuevas fórmulas de mejora de los productos que saben que funcionan y dando respuestas a los cambios de hábitos y de forma de vida de la mujer. También los cambios en los hábitos de compra y la influencia inmediata de las redes sociales, están obligando a transformaciones profundas en las formas de acercarse a las consumidoras. Además de la importancia de las nuevas formas virtuales de acercar el producto a la usuaria, cada mujer busca el sujetador que desea. Buscar en Internet para escoger la pieza que quieren, saber su precio y visualizar cómo les quedaría es el primer paso. El segundo es acercarse a la lencería para asegurarse que el producto le sienta bien. Por su parte, la compra online sigue evolucionando, aunque mas allá de acertar la talla y la copa, la usuaria necesita que una brafitter haga su trabajo y encuentre el producto (patrón, talla y copa) que se le adapta como un guante. La cifra que indica que 7 de cada 10 mujeres no usa la talla y la copa que le corresponde, sigue estando vigente. La evolución de esta prenda en estos momentos, la determina la capacidad que tengan las marcas para acercarse a las usuarias, con sus múltiples y distintas formas de pensar, con sus distintas y múltiples ocasiones de uso o la adaptabilidad de las lencerías a las nuevas consumidoras que buscan seguridad en la compra y sentirse (y verse) bien con su elección. Las emociones pueden más que cualquier otra consideración, aunque la selección de la prenda y la atención que ha recibido es lo que marca la diferencia. Francesc Puertas@FrancescPuertas@Sayfitwww.sayfit.eu

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